miércoles, 8 de febrero de 2023

A LA VUELTA NOS VEMOS

 

Alegre te trajo el verano

con trazo libre y ligero;

el cielo te puso en los ojos,

rayos de sol en el pelo.

Ese amor que tanto anhelabas

floreció con la primavera;

un otoño dio el primer fruto,

dos guardaste en tu seno.

Te llevó, triste, el invierno,

en un manto húmedo y negro,

regando, infame, el camino

con sus lágrimas de hielo.

A la vuelta nos vemos, dijiste

sin saber aún todo aquello

ignorando hasta donde llegarían

esas palabras dichas al vuelo.

Ahora que asoma el verano

busco tu mirada en el cielo

a ver si se apiada una brisa

y desata este nudo en mi cuello;

si derrite el calor esta pena,

si un rayito ilumina mi duelo,

si trenzando estos mil y un recuerdos

encuentro un pequeño consuelo.

O si apareces, por fin, en mi sueño

para verte a los ojos de nuevo

para decirte con un largo abrazo:

Ve tranquila, a la vuelta nos vemos.

 

D.S.C.

sábado, 31 de diciembre de 2022

Después de muchos años de gestación nació este bebé, mi ópera prima: Pasajeros (Ril Editores, 2022). Y como esta recomendación viene de demasiado cerca, no diré nada... solamente les dejaré un relato, el más corto, para que se hagan una idea:

 

Adiós

    Se pone el abrigo y se para frente al espejo. No luce mal. Acomodando el largo flequillo hacia un costado logra disimular el pómulo amoratado. Intenta cerrar la maleta, pero tiene que dejar varias cosas fuera: el secador de pelo, las botas de invierno, la bata nueva, la botella de perfume que logra meter apenas en la cartera, el vestido rojo que él le regaló para Navidad; el álbum de fotos queda sobre la cama. Logra cerrarla al fin, y la deja junto a la puerta principal, allí donde él pueda verla bien. Aparta una silla del comedor y se sienta a esperar. No quiere irse a escondidas. Tantos años juntos, tantos momentos –más buenos que malos, al contrario de lo que todos creen– merecen al menos una despedida.
    Lo había hecho una vez antes –lo había pensado muchas más–, pero el amor la hizo regresar. El amor y sus ruegos, su llanto desesperado, sus promesas. Esta vez no hay vuelta atrás, ni llantos ni gritos ni falsas promesas la harán volver a cometer ese error. Ya es suficiente. Esta vez tiene un pasaje, un plan y una nueva vida que cuidar. Esto último, que confirmó apenas el día anterior, fue lo que la hizo decidirse.
    Él llega pasadas las seis, sin hacer el menor ruido. Cierra la puerta con cuidado y camina hasta el sofá, cabizbajo. No dice nada sobre la maleta. No dice nada de nada. Enciende el televisor y se queda inmóvil, con los ojos fijos en la pantalla, como hipnotizado, pero ella sabe que no está realmente viéndola, porque es ese periodista petulante que él detesta, y ella sabe que lo detesta porque cada vez que lo ve aparecer lo deja claro, muy claro, en cambio ahora lo mira, sus ojos lo miran, pero quién puede saber lo que piensa. Quién sabe lo que pensaría y lo que haría si ella le contara que va a ser padre, pero ya no importa; ya es tarde. Ahora lo mira –no con amor, tampoco odio, ¿compasión tal vez?– y ya no imagina el futuro con él. Mira su perfil grueso y sus incipientes canas, mira esos labios resecos, esas
ojeras y esos ojos rojos de cansancio, de resaca, de pena, de sueño, de culpa, esos ojos rojos que miran fijo el televisor, esos ojos rojos que se llenan de agua repentinamente.
    Ella se levanta y va a la cocina. Ha decidido hacer un último gesto de buena voluntad, una señal de paz, y regresa con un sándwich de queso y tomate que le ofrece en silencio. Él acepta la ofrenda y la engulle con una mezcla de placer, alivio y agradecimiento, y sus ojos que eran rojos y cansados ahora son rojos y brillantes, y la miran a ella, y ella también los mira, y le parecen puros y cristalinos como los de un niño.
    Comienza un programa que a él sí le gusta, lo sabe porque se lo dice siempre, también esta vez. Ella se sienta en el sofá junto a él a mirar la tele, pero no se saca el abrigo hasta que se van a dormir.
 

 D.S.C.

 

 Está disponible en librerías Antártica, Buscalibre.cl y en Rileditores.com (también en formato e-Book).

 

 

 

 

 

 

miércoles, 30 de junio de 2021

ARAÑA

En el lugar donde dejo

los zapatos viejos

y las promesas rotas…

donde la luz se agota

y el color se esconde

olvidé tu nombre.

Hoy me lo encuentro

de polvo cubierto

y de telarañas.

 

El tiempo en que brillaba

al mismo sol opacaba,

mi cuerpo florecía,

la vida entera ardía.

Mi nombre, junto al tuyo,

se quedaba mudo.

Parecía amor.

 

Allí en donde acechan

el miedo y la vergüenza

guardé las experiencias

que dejó tu presencia.

Las contemplo nuevamente

y tras un soplido fuerte

se esfuma el dolor.

 

A esa ingenua niña

que devoraste viva,

que te idolatraba,

que todo te daba;

la perdono y la abrazo,

la acuesto en mi regazo,

y se duerme sobre mí.

Beso su cicatriz

y la lleno de color.

 

En su añosa y triste manta

de tierra y hebra blanca

cuidadosamente envuelto,

tu nombre devuelvo

a ese rincón oscuro

donde está seguro,

junto a las arañas.

 

D.S.C.

FORMAS FRECUENTES DE ESCRIBIR VERSOS


Escribir con las manos.

Escribir con el páncreas.

Escribir con los dientes, con los pies y con el alma.

Escribir con el pecho abierto,

con los ojos rojos,

con un nudo en la garganta.

Escribir con furia.

Escribir con ansias.

Escribir con el cuerpo en llamas.

Escribir rendida,

decepcionada,

borracha de celos...

Escribir desesperada,

perseguida por la culpa o la duda o ambas.

Escribir con la luz de la madrugada.

Escribir con el mundo cayendo a pedazos.

Escribir hasta el hartazgo

o hasta que no quede nada.

 

D.S.C. 

jueves, 27 de mayo de 2021

EN TU CAMA


En tu cama, desnudos, somos el origen...

el epicentro mismo de la primera semilla.

Olvidados del mundo flotamos libremente

como dos nonatos en el vientre de la tierra.

 

Desnudos en tu cama abrazamos el fuego

cautivados por la luz que ha surgido en la penumbra.

Enredamos nuestros cuerpos en un nudo indisoluble;

la alianza que alimenta el corazón entumecido.

 

En tu cama, desnudos, recorremos el paraíso

de la mano generosa de la naturaleza.

Maravillados los dos de su sabiduría inmensa,

sin manzanas, ni serpientes, ni pecado, ni castigo.

 

Desnudos en tu cama alcanzamos el cielo.

Descubrimos el secreto más allá de las estrellas,

en un instante infinito en que el tiempo se detiene

para dejarnos beber de las aguas de la vida.

 

En tu cama, desnudos, nos rendimos al sueño,

respirando al unísono en hermético abrazo.

Protegidos por el hechizo de las sábanas blancas

aguardamos la llegada de un nuevo ciclo.



martes, 25 de mayo de 2021

ELLA

Ella, la única. La destinada.

La durmiente rescatada de un cuento ideal.

La dueña y señora de todo deseo.

La promesa de infancia hecha realidad.

Ella la inocente. La frágil paloma.

El capullo de rosa. Las mejillas coloradas.

Aplasta sin piedad la esperanza.

Destroza los sueños con una palabra.

Ella la niña. El rostro de muñeca

La silueta perfecta. La piel de porcelana.

Arroja al olvido mi cuerpo de trapo

La última brasa del fuego se apaga.

Ella la dulce. La tierna compañera.

La caricia tibia y acaramelada.

Ella y su gracia. Su luz cegadora.

El hechizo que lanza su mágico mirar.

Ella y su timbre. Su voz afilada.

La risa veneno. La estocada mortal.

Su nombre retumba como una tormenta.

Desgarra mis tímpanos, los hace sangrar.

Ella la elegida. La irremplazable.

La ganadora. La prometida.

El agujero negro en que desaparece

La ilusión de la vencida. La mía.

 

D.S.C.

lunes, 12 de abril de 2021

ESE INSTANTE

Tu pecho blanco y liso,

unos cuantos besos torpes…

Los sexos inflamados,

unidos.

Imágenes difusas, disueltas en alcohol.

Tanto tiempo.

Tanto espacio.

Tanta agua bajo el puente.

Pero ese instante…

Me encojo de hombros, camino.

Llueve.

Te olvido.

El río se desborda y la lluvia sigue,

siento el agua mojando mis pies.

Tengo frío.

El puente ha desaparecido.

Cierro los ojos, y entonces

despierto otra vez allí,

en esa noche,

en ese instante…

el momento tan fugaz como eterno

de tu cuerpo en mi cuerpo.

 

D.S.C.

A LA VUELTA NOS VEMOS

  Alegre te trajo el verano con trazo libre y ligero; el cielo te puso en los ojos, rayos de sol en el pelo. Ese ...