Tu pecho blanco y liso,
unos cuantos besos torpes…
Los sexos inflamados,
unidos.
Imágenes difusas, disueltas en alcohol.
Tanto tiempo.
Tanto espacio.
Tanta agua bajo el puente.
Pero ese instante…
Me encojo de hombros, camino.
Llueve.
Te olvido.
El río se desborda y la lluvia sigue,
siento el agua mojando mis pies.
Tengo frío.
El puente ha desaparecido.
Cierro los ojos, y entonces
despierto otra vez allí,
en esa noche,
en ese instante…
el momento tan fugaz como eterno
de tu cuerpo en mi cuerpo.
D.S.C.