jueves, 25 de febrero de 2021

ERAS EL SOL

Eras el sol, y yo una nube.

Te vi desde lejos y me enamoré de ti.

Eras el sol, alegre, radiante;

yo una nube opaca, siempre a punto de llover.

Era una nube obscura, solitaria y gris,

y el calor de tus rayos me hizo reír.

Con dolor me di cuenta de que no sólo a mí:

otras nubes te rodeaban, y planetas sin fin.

Eras el sol, yo era una nube

que añoraba verte cada amanecer.

Tú te elevabas siempre frente a mis ojos

y luego te alejabas, brillando hacia el mar.

Y yo traté de alcanzarte, de volar hacia ti,

pero el viento me arrastró aún más lejos de tu calor.

Y con toda mi fuerza volví hacia tu luz

y otra vez hacia la noche te vi partir,

buscando otros astros, otro cielo… no sé,

tal vez una luna que te hiciera soñar.

Porque yo era sólo nube, y tú eras el sol,

siempre inalcanzable, siempre más allá.

Desesperada, entonces, comencé a llover,

por días y días, lloví sin parar.

Y de pronto, entre mis gotas, en un reflejo vi

los colores del arcoiris, como magia aparecer.

Eras tú, eran tus rayos

envolviéndome por fin,

y por un instante solo

fui eternamente feliz.

Pero eras sol y yo nube.

Eras todo luz y yo oscuridad…

El tiempo ha pasado desde entonces.

Y hoy sigo siendo nube, y tú sigues siendo sol.

Y tú sigues tan radiante, y yo sigo siendo gris.

Pero vuelo más liviana, y ya no lluevo por ti.

Y cuando veo, a lo lejos, otro arcoiris brillar

te recuerdo y te sonrío, y te vuelvo a amar.

 

D.S.C. 

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