Yo no te odio, aunque eso pienses.
No existe furia ni rencor.
No he olvidado los días, ni las noches,
mucho menos nuestros sueños.
No he olvidado las caricias derramadas en la piel,
ni los besos que sellaban las heridas.
Y tú aún escuchas mis palabras mientras duermes
y sabes que miro el horizonte.
Yo no te odio, no como crees.
Quizás odie la forma en que me impides odiarte.
No creas que tus palabras me son indiferentes,
Pero no puedo hacer nada más por ti.
No grites más.
Recuerda que fue tu boca la que apagó esa luz.
Yo no te odio, nunca lo olvides.
Pero tampoco pidas que vuelva a amarte.
D.S.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario